Muy interesante, abordar el dolor con libros infantiles... tal vez, sólo tal vez, nos hemos olvidado de aquella piel que en otra coloración rosa o negra, o blanca, o amarilla -en fin- duele, que sufre y llora, aquel pequeño mar de lágrimas que se ha llorado desde los abuelos... y que mejor que un libro para mudarle hojas al cuento de horror de aquel árbol, que es el mundo,que de vez en vez se olvida de su tristeza y devela el verde esperanza de un amanecer florido, que aunque sabe que pronto será otoño, cálida y descaradamente a voz en cuello grita: "me duele"!!!
La luna en los almendros, de Gerardo Meneses,Los agujeros negros, de Yolanda Reyes, Camino a casa, un libro-álbum con textos de Jairo Buitrago e ilustraciones de Rafael Yockteng,El árbol triste de Triunfo Arciniegas,Tengo miedo, el libro-álbum de Ivar Da Coll,No comas renacuajos de Francisco Montaña Ibáñez, Paso a paso de Irene Vasco, El mordisco de la medianoche de Francisco Leal Quevedo. Nuestros autores hablando del dolor de nuestros niños, de todo esta perpelejidad que nos atraviesa... si esto hay que decirlo esteticamente para poderlos curar.
Muy interesante, abordar el dolor con libros infantiles... tal vez, sólo tal vez, nos hemos olvidado de aquella piel que en otra coloración rosa o negra, o blanca, o amarilla -en fin- duele, que sufre y llora, aquel pequeño mar de lágrimas que se ha llorado desde los abuelos... y que mejor que un libro para mudarle hojas al cuento de horror de aquel árbol, que es el mundo,que de vez en vez se olvida de su tristeza y devela el verde esperanza de un amanecer florido, que aunque sabe que pronto será otoño, cálida y descaradamente a voz en cuello grita: "me duele"!!!
ResponderEliminarLa luna en los almendros, de Gerardo Meneses,Los agujeros negros, de Yolanda Reyes, Camino a casa, un libro-álbum con textos de Jairo Buitrago e ilustraciones de Rafael Yockteng,El árbol triste de Triunfo Arciniegas,Tengo miedo, el libro-álbum de Ivar Da Coll,No comas renacuajos de Francisco Montaña Ibáñez, Paso a paso de Irene Vasco, El mordisco de la medianoche de Francisco Leal Quevedo. Nuestros autores hablando del dolor de nuestros niños, de todo esta perpelejidad que nos atraviesa... si esto hay que decirlo esteticamente para poderlos curar.
ResponderEliminarAdemás de saberlo decir, de elegir las palabras e imágenes, hay que tomar al niño de la mano para caminar con él más allá de la metáfora.
ResponderEliminarGiovanny O. P.
El bálsamo de las palabras duele menos...
ResponderEliminarLiliana