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miércoles, 30 de enero de 2013

El Suricato y el Hombre.


En una extensa llanura africana se notan agiles y  tímidos un grupo o colonia de suricatos, cuya principal preocupación es suplir sus necesidades básicas día a día: conseguir la suficiente comida y  tener el albergue que proteja de las noches frías y de aquellos depredadores  que puedan hacerles daño, esto garantiza en cierto modo la supervivencia del grupo dando lugar a un círculo del que ni pueden ni quieren salir, pareciera el Hombre no pocas veces conformarse como el suricato y tal vez obligado por las circunstancias a solamente intentar suplir sus necesidades básicas, pero existe un detalle que hace la  diferencia, dentro de estas necesidades está la educación, subvalorada por muchos pero dueña de la clave de un verdadero futuro en el hombre.

No son pocas las Hienas perseguidoras de los suricatos quienes quieren hacer de ellos su menú en la cena, ni pocos los enemigos de la superación del hombre, pues en su ignorancia es más fácil hacerlo una víctima sumisa de quienes poseen el poder económico en algunos casos o el poder de la violencia y la opresión en otros.

Esta analogía entre el suricato y el Hombre (hago la aclaración de que al hablar en este escrito  de hombre no estoy haciendo referencia a género, sino a los seres humanos en general) Nos permite identificar cuán importante es la lectura y la escritura  en tiempos donde tristemente la violencia permea nuestra sociedad y la escuela no escapa de este fenómeno.

Paso bruscamente de utilizar el término educación para tomar uno clave en ella: el de lectura, por ser pieza fundamental en el desarrollo social y personal, y para retomar la pregunta puntual.  ¿para qué círculos de lectura en tiempos de violencia y en la escuela? Y la respuesta salta a la vista ante la necesidad de actuar al respecto y dotar de las herramientas a nuestros niños y niñas para formar su subjetividad, ganando su interés por ampliar las fronteras de su  pensamiento mediante “el explorar, agrandar, y reparar el mundo interior y unirnos con el mundo exterior” en palabras de la antropóloga Michéle Petit en la lectura íntima y compartida y poder así un día hacer de este mundo un lugar más justo y equitativo.

Los círculos de lectura entonces por la interacción lectora y de escucha entre sus miembros posibilitan la problematización acerca de las posibilidades que brinda la lectura en la formación personal, en la consecución de un espacio interno y en  apertura hacia el mundo exterior, para así compartirlo  mediante estrategias creativas e innovadoras alrededor de la lectura; y así no quedarnos como el suricato a la espera de suplir tan básicas necesidades.
Walter Arias.

 
Bibliografía

Imagen recuperada el 29 de enero de 2013 en:
http://weheartit.com/entry/2503726/via/Izabellyn#

Petit, Michele. La lectura íntima y compartida.

1 comentario:

  1. Hermosa reflexión... la idea de los suricatos me encantó... además me recordaste la película Una aventura extraprdinaria...

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