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jueves, 31 de enero de 2013


Donde sea que vivan los monstruos…

 

Quizá sea cierto eso de que cada uno puede ser el mayor enemigo de si mismo. Así, es casi seguro que también se cuenta con el poder de crear o destruir los propios temores. "Donde viven los monstruos" resulta ser un ejemplo lúdico y oportunamente didáctico para reflexionar sobre esta teoría: ¿es un asunto de inocencia o picardía sentirse superior a los seres aterradores? ¿la complicidad puede hacer que ellos nos conviertan en sus reyes? ¿estar por encima del miedo puede no ser tan emocionante? ¿este puede superarse si se mira de frente?

La imágenes nos sugieren un libro para niños, con ilustraciones gigantes a todo color (sin embargo, en este caso hay poco brillo, como reforzando la idea de ensueño, de esa niebla que a veces envuelve las ideas). La música acompaña muy bien el desarrollo de las situaciones, resaltando los puntos de giro. Esto se ve reforzado con las reiteraciones de ciertos párrafos o palabras, como en el ejercicio oral de la cuentería, en el que dicho "martilleo" fortalece el lazo con el lector (el escucha).

La historia es envolvente, y su juego con el tiempo me lleva incluso a pensar en la teoría de la relatividad (Einstein), pues el personaje "entra y sale por la semanas", "salta un año", lo cual me hace pensar en una especie de "poética de la física" (o viceversa), afirmando sin duda alguna la pertinencia de "Donde viven los monstruos" para ser abordada en un círculo de lectores, como ejemplo de dinamismo, de sencillez, de metáforas universales e, incluso, de aprovechamiento del multimedia en la creación de hábitos de lectura.

 
Elementos consultados:
Video "Donde viven los monstruos", del cuento de Maurice Sendak. Disponible en:


Giovanny Oliveros Pinzón

ID 00010131874

1 comentario:

  1. Interesante..... inte...re.....sante.... esperemos saltar por lo menos en la linealidad del tiempo

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