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martes, 7 de mayo de 2013



De estas artes de enseñar y aprender... de secuaces lectores sedientos de letras empapadas en tinta, de esto y mucho más se llenarán las hojas de este raro escritor, que como poeta sincero lucha por la libertad de sus voces, de esas voces que susurran llantos en las noches de luna llena y de frio, de esa magia de ser maestro –más diestro- en amar y sentir, en acoger, en entregar y recibir, porque debo leerme para que me leas, porque debo amarme para que me ames, porque el cuerpo exclama y los ojos transparentes gritan cosas que otros quieren oír, porque te quiero oír te puedo ver a los ojos, siempre hay que decir, algo que sentir, alguien a quien amar, algún dolor que exorcizar, un cuerpo que estremecer…. “…Memoria y esperanza, recuerdo y utopía...” (Bárcena)

Allí, las palabras cobran vida fugazmente con las metáforas sectarias de aquella mente, que logró volar muy alto, donde solo locos y soñadores pueden llegar, aquel lugar de espesa niebla y olor a algodón de azúcar, en donde el claroscuro de la gota de tu pluma logrará llegar y tocarme, y acariciar mi suave melodía de vocales y consonantes, mi sinfonía de letras es tuya, cada vez que quieras tómala, cada vez que al cerrar los ojos veas parpadeantes destellos de luz,  recuerda mi faz, mi honesto cantar de ilusiones y desengaños, en donde podría desaparecer con solo un suspiro, con un suave aliento de boca fresca, de verdades gritadas a medias y de fuertes soplos de esperanza que me han susurrado al oído por mucho tiempo, a veces los quiero escuchar, a veces solo los dejo pasar frente a mí y sin embargo los siento míos, arrebátamelos de vez en cuando, presuroso, tímido, casi intangible, casi como aquel halo de luz que se metió en mi ventana muy temprano; este es el “ahora”, “aquí” es donde existimos, donde la palabra echa carne toca fibras y duele, goza, sufre, vive, es nuestra epifanía pura, es nuestra oportunidad de ser nuevos, tú me lees y me conviertes en otro yo, en otro tú, cuando te leo interpreto tus más íntimos deseos, casi puedo yacer a tus pies y sentir el calor de tu cuerpo, perenne el olor de tus palabras me invade, no puedo desprenderme de tu sombra, quiero leerte d e s p a c i o, quiero entenderte con IMPETU, deseo que desees lo que la mano temblorosa ha escrito, escríbeme con matiz de nube pero indeleblemente, compadécete del cuerpo de este texto que cansado se niega a callar, somos un nosotros después de la primera letra ”…Esas emociones y experiencias están tejidas en el cuerpo…” (Cuervo), “…Estas experiencias de leer y escribir quedan grabadas en el cuerpo y lo constituyen…” (Cuervo), “…somos cuerpo con ideas, sensaciones y emociones…” (Cuervo) “…Tan espiritual es mi sangre, como física mi tristeza…” (Restrepo. Tomado de Cuervo)





Liliana Medina


II

El hecho de hablar de círculos ya nos sumerge en espirales y curvas infinitas. ¿Por qué pueden ser estrategias pedagógicas para formar lectores? Ya lo dijo la pionera del presente texto: "donde solo locos y soñadores pueden llegar", se trata, claro, de aspirar a esos rincones de imaginación, de compartir aventuras virtuales y reales, trascendentales, de construir lugares comunes y absurdos, refugios anticonsumismo. El hecho de hablar de círculos, retomo, nos da la posibilidad del vicio, del no retorno sino es al inicio y final de nosotros mismos, haciéndonos más grandes porque "somos muchos"

G O P


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